Carta

Mamá, persona, lejana a veces, pero siempre presente…
Difícil encuentro el de nuestras vidas apasionadas…
Quiero que entiendas que mis torpezas nada tienen que ver con el camino de mi corazón.

Guiada por tus latidos, al final siempre encuentro el sentido de esta confusa vida donde con dificultad he tratado de seguir tus pasos para enfrentarme a la “Selva del Tiempo”.
Hoy tu y yo un poco más “grandes”, quizás nos reconozcamos en estas mismas aguas donde crecí y sigo buscando calma para seguir creciendo…

Hoy, como mañana, es un día de fiesta ya que pienso que la historia, solo comienza…
Aquí en este reto constante por entender, miro mis manos y admiro tu fuerza para llevar y sobrellevar tantas vidas difíciles desde tu soledad.
Distinta, pero todos los días más fuerte en mi fragilidad te agradezco mi sonrisa esa que dibujaste cuando las aguas serenas mis manos aún por dibujar…

Allí en ese pacifico mar quedó sellado un pacto que va por mis ríos trazando una geografía donde no hay fronteras, solo la inmensidad…
Huella, tatuaje…, música para soñar, legado de tantos cuentos que nunca podré olvidar… solo quiero contarte ahora algo de esas historias que me hacen volar y donde tu mano presente me ayuda a aterrizar.

Besos desde mi mundo que le cuesta participar, pero que siempre desde lo más profundo ha buscado amar…
Legado logrado… rima que me domina…
Poesía circular… volvemos al principio del juego; mamá.